Laudomia

Nuestro Italo comienza su viaje donde otro Italo terminó el suyo: en la batalladora y pintoresca Laudomia, cuna de artistas y de papas. Desde ella, partirá su recorrido por estas ocho ciudades invisibles.

Algo que hace a Laudomia diferente a las demás urbes es que tiene el campo en su mismo corazón, en forma de abanico y circundado por palacios imponentes. Allí, dos veces cada año, se desata un oleaje de banderas y las contradas rivalizan al galope.

De las antiguas glorias de esta villa rebelde, queda esa explosión festiva, el fulgor en sus fachadas y la animosa fascinación de sus turistas, aunque el resto del año sus habitantes se empeñen en vivir el presente con los ojos cerrados.

Y como cuenta la leyenda que en Laudomia se inventó un famoso postre en ocasión de la visita de un duque conocido por su glotonería, por supuesto Italo no ha querido abandonar la ciudad sin probarlo.

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