Lorenia

Un huevo sostiene a Lorenia en un equilibrio vacilante. Dicen que, si en algún momento se quebrase, la ciudad se hundiría entre desgracias. Pero mientras se mantenga entero sus habitantes podrán seguir entonando la pequeña serenata de su día a día bullicioso.

Y es que hay motivos de sobra para celebrar la vida en esta ciudad que ha convivido tanto con la muerte. No extraña así su pasión por el arte de la comedia.

Hasta Lorenia llegaba otro viaje de dos protagonistas que, como ahora Italo, encontraban en el exceso de sus calles un reflejo de su desasosiego y al mismo tiempo la siempre frágil esperanza, lo que nos une y lo que nos escinde.

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